Cómo protegen a los animales del zoo durante un huracán


Un camión cisterna de comida y protocolos para alterarlos lo menos posible son parte de las medidas que toman los expertos ante una tormenta. Lo primero que hacen después del paso del ciclón es verificar que las especies peligrosas estén en su sitio: "Dios no permita que venga una tormenta fuerte y luego tengamos leones caminando por las calles”.

Flamingos en el baño del zoo de Miami el 14 de setiembre de 1999 durante...

No existen arcas de Noe modernas para resguardar a los animales del zoológico durante una tormenta. Y aunque los animales tienen sus instintos naturales, ante el inminente impacto de Matthew en la costa este de Estados Unidos, los especialistas y encargados de estos centros deben tomar muchas previsiones para ponerlos tan a salvo como les sea posible sin causarles daños en el proceso.
Esta es una tarea muy difícil y retadora, pues se trata de animales muy disímiles y que necesitan de cierto espacio individual para no ponerse incómodos, estresados o violentos entre ellos y con los demás, reconoce Ron Magill, experto en vida salvaje y fotógrafo estadounidense.
Magill es el director de comunicaciones del Zoológico de Miamiinstitución que tiene un protocolo de emergencia perfeccionado por 35 años de experiencia frente a tormentas como Andrew, Katrina o Wilma. Según explica, este centro de animales fue diseñado pensando en retos como este: “los compartimentos de los animales están construidos con materiales resistentes a huracanes”.
Entonces, ¿cómo se procede? Este es el protocolo.
En principio y si las condiciones no son extremas, se trata de mover lo mínimo a los animales de sus sitios normales. “Es muy estresante para los animales el movilizarlos para resguardarlos ante una tormenta, puede resultarle más peligroso que la tormenta misma”, explica Magill.
Y agrega: “ Los animales tienen un instinto para sobrevivir este tipo de desastres naturales. Lo vimos incluso después del huracán Andrew, algunos recintos de animales fueron completamente destruidos, aplastados y los animales andaban caminando por el parque sin siquiera un rasguño”.
Y si es de noche, una vez que están en sus recintos nocturnos, no se les hace nada más porque esos recintos están diseñados para ofrecerles suficiente protección.
“Ellos mismos saben qué hacer para protegerse. Conocemos instituciones que intentan movilizar a sus animales y, al hacerlo, ellos se espantan tanto que se lastiman y algunos incluso mueren. Entonces realmente tratamos de hacerlo solo si se prevén vientos suficientemente fuertes para justificar el riesgo relacionado”, destacó el experto en vida silvestre.
La única excepción a esta regla son las aves pequeñas y algunos mamíferos, pues son más fáciles de reubicar en pequeñas jaulas especiales en los edificios.
Todos los animales son iguales en estas situaciones. No hay tratamiento especial con las especies en peligro de extinción. “Podrá sonar a un cliché pero no valoramos una vida más que otra. A todos los animales se les da el mismo tratamiento preventivo para protegerlos”, detalla el director de comunicaciones del Zoo.
Para mayor información aquí

Cómo protegen a los animales del zoo durante un huracán

Cómo protegen a los animales del zoo durante un huracán


Un camión cisterna de comida y protocolos para alterarlos lo menos posible son parte de las medidas que toman los expertos ante una tormenta. Lo primero que hacen después del paso del ciclón es verificar que las especies peligrosas estén en su sitio: "Dios no permita que venga una tormenta fuerte y luego tengamos leones caminando por las calles”.

Flamingos en el baño del zoo de Miami el 14 de setiembre de 1999 durante...

No existen arcas de Noe modernas para resguardar a los animales del zoológico durante una tormenta. Y aunque los animales tienen sus instintos naturales, ante el inminente impacto de Matthew en la costa este de Estados Unidos, los especialistas y encargados de estos centros deben tomar muchas previsiones para ponerlos tan a salvo como les sea posible sin causarles daños en el proceso.
Esta es una tarea muy difícil y retadora, pues se trata de animales muy disímiles y que necesitan de cierto espacio individual para no ponerse incómodos, estresados o violentos entre ellos y con los demás, reconoce Ron Magill, experto en vida salvaje y fotógrafo estadounidense.
Magill es el director de comunicaciones del Zoológico de Miamiinstitución que tiene un protocolo de emergencia perfeccionado por 35 años de experiencia frente a tormentas como Andrew, Katrina o Wilma. Según explica, este centro de animales fue diseñado pensando en retos como este: “los compartimentos de los animales están construidos con materiales resistentes a huracanes”.
Entonces, ¿cómo se procede? Este es el protocolo.
En principio y si las condiciones no son extremas, se trata de mover lo mínimo a los animales de sus sitios normales. “Es muy estresante para los animales el movilizarlos para resguardarlos ante una tormenta, puede resultarle más peligroso que la tormenta misma”, explica Magill.
Y agrega: “ Los animales tienen un instinto para sobrevivir este tipo de desastres naturales. Lo vimos incluso después del huracán Andrew, algunos recintos de animales fueron completamente destruidos, aplastados y los animales andaban caminando por el parque sin siquiera un rasguño”.
Y si es de noche, una vez que están en sus recintos nocturnos, no se les hace nada más porque esos recintos están diseñados para ofrecerles suficiente protección.
“Ellos mismos saben qué hacer para protegerse. Conocemos instituciones que intentan movilizar a sus animales y, al hacerlo, ellos se espantan tanto que se lastiman y algunos incluso mueren. Entonces realmente tratamos de hacerlo solo si se prevén vientos suficientemente fuertes para justificar el riesgo relacionado”, destacó el experto en vida silvestre.
La única excepción a esta regla son las aves pequeñas y algunos mamíferos, pues son más fáciles de reubicar en pequeñas jaulas especiales en los edificios.
Todos los animales son iguales en estas situaciones. No hay tratamiento especial con las especies en peligro de extinción. “Podrá sonar a un cliché pero no valoramos una vida más que otra. A todos los animales se les da el mismo tratamiento preventivo para protegerlos”, detalla el director de comunicaciones del Zoo.
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